VERNI SALAZAR
“Primero percibió el paisaje, después palpó su gente: y entre trazos y líneas, colores y matices, juntó en su amalgama perfiles e idiosincrasia, de esta insularidad, que la hizo suya para anclar en ella, su arte, su alma y su corazón”, esto es para mí Don Carlos Stohr.
Sencillamente dibujar “es el arte que tiene como finalidad representar formas e ideas, con la utilización de las líneas como elemento principal». Y precisamente son las líneas el arma que ha utilizado don Carlos Stohr para plasmar en diferentes lienzos, sus vivencias y su amor por el estado Nueva Esparta. Nacido en Praga, Checoslovaquia, hoy República Checa, el 29 de septiembre de 1931; hoy llega a la edad de 85 años. A los 16 años pisó por primera vez suelo venezolano y en 1953 vino por primera vez a la Isla de Margarita, y se enamoró de esta prodigiosa tierra, de su gente, de su mar, de sus pájaros, de sus matas, de sus costumbres y tradiciones, y desde entonces está siempre entre nosotros.
Para Cheguaco “Carlos Stohr, fue haciendo de cada cosa, que nosotros los nativos de tanto mirar ya no mirábamos, un dibujo especial, se prendó de la veneración que teníamos a la Virgen del Valle… hizo suyas las escenas marinas de barcos, de redes… se preocupó por la artesanía tradicional… en fin portadas y cada una de ellas, y fue plasmándolas magistralmente en el lienzo, no perdía oportunidad”, y es precisamente José Joaquín Salazar Franco, Cheguaco, quien por primera vez propone a Carlos Stohr, como “Cronista Gráfico de Margarita” en el año 1993 y la Asociación de Cronistas del estado Nueva Esparta lo reconoce en 1996, para que en el año 1999 en la Vigésima novena Convención de Cronistas Oficiales de Venezuela, realizada en la ciudad de Mérida, se le tomó juramento como Cronista Gráfico de Margarita, único en el país. Así el amigo Carlos ha estado presente en las Convenciones siguientes a su aceptación como miembro de la Asociación Nacional, y he tenido la oportunidad de compartir con él en las de Barinas, 2004, Valencia 2005 y Maracaibo 2006.
A pesar de las dolencias de sus piernas, este artista con más de dos mil quinientas obras expuestas en colectivas, individuales; siguió pintando, siguió dibujando, allí lo podíamos ver con un grupo de artistas, los del “Circulo de dibujo y Pintura”, en cualquier rincón del estado, un sábado en la tarde, un domingo, moldeando con sus líneas que al pillar con el pincel, la magia de los colores, son capaces de expresar, el sentimiento, el cariño y la pasión que este Checo Margariteño, imprime en cada una de sus obras, de las cuales algunas forman parte de mi galería particular. Los años se le vinieron encima, pero su espíritu continuó joven, y este noble hombre de gran corazón y amor por nuestra Isla, este Checo-Tacariguero, tuvo que levar anclas e instalarse en Caracas al lado de sus hijos y nietos, allí sigue dibujando, y en su evocación sigue presente la insularidad como un hijo que llegó allende los mares, y se la tatuó en su alma…salud maestro en tus 85 años, salud por nuestra MARGARITEÑIDAD.
(Verni Salazar 29 IX 2016)