LAS PIEDRAS DE JUANGRIEGO

El nombre de Las Piedras se debe a que precisamente la constitución geológica del subsuelo es de material rocoso de la familia de las calizas organógenas, conchíferas o fosilíferas; estructura que a la hora de tratar de realizar excavaciones para pretender sembrar una fundación, columna o viga de arriostre, así como cualquier horcón, se hacía extremadamente resistente que había que declinar ante tal aspiración, o si no, desviar o rodar la colocación del objetivo; razón por la en viejas estructuras se observan descuadradas o a lo que comúnmente decimos, puestas a escantillón.

En esta pequeña porción de tierra existen atractivas playas con típicos nombres como son: El Guamachito Arriba, cerca del barrancón de Kaká, de blancas arenas; El Guamachito Abajo frente a la antigua escuela Francisco Salazar Sabino, de grisáceas arenas; La Cueva de Juan chiquito, playa de La Negra, y playa Pablito.

De ellas se extrae el chipichipi, el guamo, la cangreja jaiba o canguacha; y de las partes rocosas en temporadas, la almeja, la lapa y el mejillón.

Allí, desde la misma orilla, el pescador con su atarraya puede sacar la gracia de Dios, la buena pesca para resolverse con la comida; especies como: el lambe, la lisa, el marao, el pámpano, la paguara, la mojarra, la caitipa, el cabeza dura, la cagalona, la san pedra, el cuimire, el cotorroto, el guayache, el bagre (cuinche, piedrero y goruto); todos estos ejemplares a excepción de la lisa, también puede ser pescado con nylon (nailo) o cordel con anzuelo.

A una distancia aproximada de 25m de la orilla cuando se aclara el agua, buceados se pueden capturar: caracoles: burro, vaquita, chaguacuro y cosa de perra; así como familias de conchas como la cuchareta, pepitona (pata e’ cabra), tripa de perla y mejillón.

Este pueblo en donde nací el 20 de febrero de 1956, nació y vivió Francisco Mata (el cantor de Margarita); vivió hasta la hora de su muerte la Señora Nerea de Marcano (ñeña: poetisa); Chelía Villarroel quien aún vive (el decano del folclor); Jesús Ramón Villarroel (churramón, hermano de Chelía, desaparecido); José Ramón Villarroel (carpintero y acordeonista, fallecido); Ruperto Salazar (músico, difunto); Justo Salazar (músico, difunto); Jesús Ramón Gómez (músico, difunto); Heriberto Rojas (músico y cantor, difunto); Benito Salazar (el noble maestro, difunto); Esteban Lugo (tebonga: carpintero, difunto); Bonifacio Vásquez (bacho: carpintero y bodeguero, difunto); Mercedes Salazar (chenga: bodeguero, difunto).

Según datos aportados por miembros del consejo comunal cuenta con una población de 521 habitantes, ubicados en 121 casas; este pueblo que ha sido cuna de cantores, poetas, ingenieros, docentes, contadores y adm­inistradores; así como de numerosos personajes que tienen como oficio la venta de pescado y otras especies marinas y todos se enorgullecen de haber nacido en este regalo que nos dio el creador.

El turista que lo visita se va impresionado por su belleza, por sus lindos atardeceres; los sin iguales arreboles; los sopladores o currufíos, y allí está con la sencillez de su gente; y aquí estoy como lo he dicho muchas veces:

Yo sigo viviendo aquí

con mi guaica y mi palangre,

porque hay en mis venas sangre

Indígena guaiquerí.

Lo natural es su mayor impresión, se han olvidado de el los políticos; algunas veces he pensado que hay que darle gracias a Dios; en función de ello escribí hace tiempo:

Se han olvidado de ti los poderosos;

puedo gritarlo aún en alta voz;

Lo natural te hace más hermoso,

sino se acuerdan le doy gracias a Dios.

El visitante llega y la pasa bien sentado encima de cualquier roca para contemplar el mar y la lejanía; la faena pesquera y la danza de las aves marineras que revolotean en el espacio: gaviotas, tirras, alcatraces, tiñosas, bobos, guaraguanales y cotúas; en la orilla de la playa suele contemplarse la palanca, el tigüi tigüe, veladores y por las noches, guáralas y rayadores.

Pueblo querido, ¿Quién no ha de quererte?; bienvenidos turistas, nativos y visitantes, disfrútenlo, pero ayúdennos a conservarlo limpio para esta generación y las venideras.

(Tomado de Pablo Rodríguez en INSULARIDADES Nº 34, diciembre de 2009)

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MARGARITA EN EL “MERCURIO PERUANO” 1794

El Mercurio Peruano de Historia, Literatura y Noticias públicas fue 5 creado en 1790 por la Sociedad Académica de Amantes del País de Lima, es el periódico más importante de la Ilustración Peruana, se publicaron entre 1790 y 1795 más de 600 números en los cuales se trató los asuntos más diversos, se publicó dos veces a la semana teniendo un tiraje entre 400 y 575 ejemplares, número bastante elevado para le época. Sin embargo, después de pocos años entró en crisis, no se podía mantener el alto nivel de los artículos y el financiamiento de la publicación se hacía cada vez más difícil. Cuando el Virrey Gil de Taboada retiró el apoyo económico, el Mercurio Peruano dejó de existir. En el Tomo XII, Impreso en Lima en la Imprenta de los Niños Huérfanos, en el año de 1795, nos encontramos con en el Número 604, con la «DESCRIPCIÓN DE LA ISLA MARGARITA”, de enero de 1794. De donde extraigo algunas consideraciones, así tenemos:

“Esta Isla de la intendencia y Capitanía General de Caracas…Habitánla de 18 a 19 mil personas. Su clima es bello y saludable, y no se experimentan en ella los temporales que anualmente acontecen en las Antillas de Barlovento: su cielo es hermoso y despejado, y sus campos alegres y deliciosos mantienen los árboles verdes y con frutos todo el año”. Con relación a los puertos nos informa: “El Puerto de Pampatar es el principal, por donde salen y entran todas las embarcaciones con registros y licencias, allí funciona la Real Contaduría… también existen otros puertos menores El Tirano, el de Mansanillo, Puerto baxo, el de Juan Griego, La Galera, el de Guamache y el del Pueblo de la Mar”. Al referirse a la Agricultura: “El maíz, la yuca y el plátano son producciones indígenas de la Margarita y el pan común de sus habitantes…de la caña dulce se saca una especie de azúcar que llaman papelón.. .el algodón es otro fruto de lo más apreciable, el cacao, el café y el añil, son igualmente producciones naturales de la isla”.

“La sal de que se usa para las pesquerías es de dos salinas abundantes, una en el puerto de Pampatar, y otra menor en la boca del río de Macanao, corren por cuenta de la Real Hacienda y cuesta la fanega 6 reales para los pescadores y 10 para los traficantes”.

Al escribir sobre los valles: “En el partido del Valle de San Juan, las mugeres además de hilar, hacen sombreros de la palma del dátil que son muy usados, y en el partido del Valle del Espíritu Santo, las indias son todas alfareras, proveen de loza a la Isla, y también se saca para diversas partes». “Los árboles de Guayacán son muy abundantes en ella, y su madera sirve para la construcción y otros usos, la corteza y resina se lleva a las islas extranjeras, en donde hacen de ambos ingredientes un especie de bebida a manera de cerbeza, muy eficaz para curar el gálico a los negros”.

Del Pueblo de la Mar: “El zelo y patriotismo de Don Andrés de Guevara, natural de esta isla, y quien nos ha comunicado esto, ha fomentado modernamente el Pueblo de la Mar, reedificando su iglesia, costeándola con ayuda del trabajo personal de los vecinos, y adornándola de los vasos y vestiduras necesarias para el culto. En el es donde se fabrican más medias finas y de las demás calidades, y donde estuvo el primer puerto que hubo en Margarita. Convendría mucho para el fomento del nuevo pueblo al que se le habilite su puerto, como lo estaba antiguamente, sin necesidad que tocasen sus embarcaciones en Pampatar” (Textual)

Son doce páginas que recogen las actividades más importantes de nuestra Isla de Margarita para finales del siglo XVIII, lo que constituye un verdadero aporte al conocimiento de su historia.mercurio-peruano

LA MUERTA DE “PERRO SECO”

Dos años después del genocidio de Hiroshima y Nagassaki, con lo cual se puso término a la Segunda Guerra Mundial, empezaron a llegar nuevas unidades de automotores a Margarita para acabar con las que, por muchos años, muy destartaladas, estoicamente acercaron nuestras distancias. En esos mismos días comenzaron a llegar también las bicicletas, casi ignoradas por nosotros. Esto obligó a los gobernantes de la época a pensar seriamente en el mejoramiento de nuestras polvorientas carreteras. Así nació la idea de convertir en moderna autopista la vieja carretera de tierra que unía a Juangriego con Porlamar. Para ello hubo que abrirle la barriga al portachuelo, que hasta aquellos días había sido el Calvario de nuestros choferes.

La inauguración oficial de esta autopista fue todo un acontecimiento. Nunca antes de ese hecho a nadie se le había ocurrido la idea de cubrir en bicicleta la distancia que separa a Juangriego de Porlamar. Hasta que un español llamado Eduardo Fernández Ross le asomó al Gobernador esa posibilidad con una competencia, en ocasión de un nuevo aniversario del nacimiento de El Libertador.

– Qué! – abismada, exclamaba la gente ¡ está loco quien se atreva a semejante cosa!. ¡Y el Portachuelo!.

La incertidumbre de si llegaban o no llegaban nos reunió en los alrededores de la Plaza Bolívar de Porlamar, sitió de llegada, aquel 24 de julio de 1952. A las siete de la mañana aquello ya era un hervidero. Una unidad móvil de CALFEI estacionada frente a la entonces Bomba de Gasolina de León Reyes, informaba al público de como los ciclistas se venían acercando a Porlamar.

Sirena a fondo, de los lados de la calle Guevara, apareció la camioneta de la policía que manejaba Nicolás el de La Asunción. Estacionó frente al cine Paramount y a ella subieron, azoraditos, los cuatros efectivos que cuidaban el orden en la Plaza. De entre la multitud, una voz gritó:

-¡Y qué es lo que pasa!.

A lo que respondió el chofer parado en el estribo.

-¡Que un hombre mató a su mujer en Perro Seco!

Detrás de la camioneta arrancó el gentío en carrera hacia Perro Seco. En la plaza quedaron nomás que los colaboradores del evento.

Bajo un cuartucho de bahareque yacía el cadáver de una mujer joven. Le aprecié una herida punzopenetrante en el lado del corazón. Se llamaba Nicolasa Velásquez y había sido ultimada con un cuchillo de zapatero por un joven de 19 años de nombre de Luis José Hernández, con quien hacía vida marital.

Cuando volvimos a la plaza, ya un sanjuanero había cruzado la meta.

Interpelado por el Juez acerca de los motivos que tuvo para asesinar a su mujer, Hernández declaró:

-Yo no supe que era lo que hacía y sin darme cuenta de la barbaridad que iba a cometer, saqué el cuchillo que había traído para terminarle los zapatos a su muchachito y le tiré con él.

Demás está decir que esta barbaridad cometida en la humanidad de su mujer le costó a Luis José quince años de reclusión donde dijera el ciudadano Presidente de la República.

(Tomado de CRONICARIO DEL HOMICIDIO MARGARITEÑO  de Nicanor Navarro, 1994)casa-de-bahareque

JOSEFINA GUERRA: MAMÁ FINA. LA TELEFONISTA DE SAN SEBASTIAN

…Aló… aló. Mira mija, dame Porlamar.

Los muchachos nos asomábamos a la ventana a ver como “Mamá Fina” hablaba con un inmenso cajón rodeado de guarales, con múltiples agujeros, chupones y surtido por dos inmensas pilas marca “TIGER”.

“Fina”, mujer culta y recta. Incorporada a tiempo completo a comunicar pueblos.

Asidua lectora, un hábito casi desarraigado en jóvenes y adultos, era nuestra telefonista. Siempre la recordaré tecleando un telegrama en su vieja y chasqueante máquina Remington Rand.

El estridente repicar del viejo teléfono era indicio, casi siempre, de los malos presagios.

Cuando yo era adolescente, su aparato telegráfico me generó mucho malestar, pues por su intermedio mandaban a mi padre noticias de mi conducta en el liceo.

Oía -entonces- a “Mamá Fina” gritar: “Chilo… Chiiilooo”… “Una llamada, un telegrama”. “Apúrate. Apúrate”. “Chilo” corría apresurado, confiado en que le llamaban para “matar un tigre”; pero era para notificarle mi mala conducta y peor aplicación en el liceo “Rísquez”.

Allí comenzaba mi calvario por culpa del bendito cajón de “Mamá Fina”.

(Tomado de SAN SEBASTÍAN DE TACARIGUA:PUEBLO, PERSONAS Y ALGO MAS de David Rafael Guerra Morao, 2013)

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ISLA DE MARGARITA EN 1822 POR ALEXANDER WALKER

El clima de Margarita es muy sano. Las personas que han contraído obstrucciones y otras enfermedades, en los parages húmedos y malsanos de la isla de la Trinidad y del conti­nente, vienen a esta isla a curarse.

La agricultura de la isla apenas basta para la manutención de sus habitantes. El maiz, el casava, y el bananas, son sus principales recur­sos. Los bananas son excelentes, á causa de lo árido del terreno y de lo seco del clima. Los habitantes cultiban, en pequeñas cantidades, y para su consumo, todas las producciones de las Antillas—el café, el azúcar, y el cacao.

Crían  muchas cabras y ovejas, las que, aunque están flacas,  dan excelente leche, pues se aumentan de yerbas aromáticas. Tienen toda especie de gallinas, y las venden a un precio muy baxo.

En Margarita se vive más barato aun que en Cumana ó en Caracas. Lavaysse dice, “ he comprado allí un capón por un real; una doce­na de huevos por quatro quartos, dos botellas de leche por lo mismo, un pez de diez ó doce libras por cinco quartos, un pavo por una peseta, un cordero de dos meses por cinco reales y medio,etc. Los pescadores cambian sus pes­cados por tortas de maíz, por bananas, casava, pan, etc.-No sé que haya ninguna posada, propiamente hablando, en esta isla; pero un extraegero es recibido en todas las casas con tal que se ofrezca á llebar parte de los gastos.”

Gallinas, pavos, y toda especie de aves, las lleban á vender al continente; y la isla es cele­bre por los hermosos loritos y otras aves curiosas que contiene, las que son tan estimadas, que no hay barco que salga de sus puertos sin llebar algunas de ellas.

Fabrican calcetas de algodon y hamacas, de una calidad superior.

Las pescas constituyen el principal objeto de comercio en Margarita: estas están en la isleta de Coche que pertenece al Gobierno. En 1807 dos comerciantes de Margarita tenian el privilegio de esta pesca; y el parage donde la ha­cían era Coche. Los que estaban empleados en ella eran Indios de Margarita. No era voluntariamente, sino por orden del Gobierno» que aquellos naturales trabaxaban en la pesca, por la mezquina paga de un real diaro, y pan de maíz, ó casava. Se les daba también quanto pescado fresco o salado quisiesen. Mas de 300 Indios, de todas los sexós y edades, trabaxaban allí en 1807-

La cantidad de peces que cogen es increíble. Dos veces al dia tiran una red de 200 pies de largo, y rara vez sucede que, á cada barredera, no saquen diez 6 doce quintales á lo menos. Esta red á veces contiene tantos que tienen que cor­tar los lazos para dejar escapar á los peces, de otra suerte no podrían nunca sacarla á tierra. El describir las diferentes clases que cogen, sería cosa de nunca acabar. El más común es el que los Españoles llaman lisas, que se parece á una sardina.

Las salinas serían objetos lucrativos para Margarita, si la sal en aquellos payses no estubiese tan barata. Un barril de sal sin purificar, que pesa 300 libras, lo venden á una peseta en Margarita.(TEXTUAL)mapa-de-margarita